En lugar de la demolición, los dirigentes proponen la compra de un nuevo terreno donde se pueda edificar el nuevo hospital de nivel III-1, lo que permitiría mantener operativa la actual infraestructura de nivel II-1, evitando así la interrupción de los servicios de salud mientras dure la obra.
La preocupación de las comunidades y comerciantes radica en los posibles efectos negativos que podría generar la falta de un hospital funcional durante el proceso de construcción del nuevo centro de salud, especialmente para los sectores más vulnerables de la población. Advierten que el hospital de contingencia, no podrá abastecer todos los servicios que se requieren.
Se espera que durante el día de hoy se realicen movilizaciones pacíficas en distintas zonas de la ciudad, y que las autoridades locales y regionales puedan abrir un espacio para el diálogo y la búsqueda de soluciones que beneficien a la población de Abancay en términos de salud y bienestar.