Los sacerdotes apurimeños que compartieron con Robert Prevost durante su visita, recuerdan su humildad, sencillez y profundo interés por conocer la realidad de las comunidades andinas. Destacan que no fue una visita protocolar, sino un encuentro fraterno donde se escucharon las voces del pueblo.
Para muchos apurimeños, el hecho de que el nuevo Papa haya caminado por tierras de Grau es símbolo de cercanía con el Perú profundo. Esta experiencia, aunque breve, dejó una huella en la memoria colectiva de la región, y ahora, con su elección como líder de la Iglesia Católica, se convierte en motivo de gran orgullo.
Así, el nombramiento del Papa León XIV, no sólo representa un hecho histórico para el país, sino también una alegría especial para Apurímac, que lo vio de cerca en un momento clave. Hoy, los fieles de Chuquibambilla y de toda la región celebran con esperanza, sabiendo que el nuevo pontífice conoce y valora sus raíces más profundas.