Afortunadamente, no se registraron daños a la vida ni a la salud de los habitantes, aunque las pérdidas materiales han sido considerables. Las familias afectadas señalaron que el viento arrancó calaminas, movió estructuras ligeras y dañó cultivos cercanos, dejando en evidencia la vulnerabilidad de las viviendas frente a este tipo de fenómenos.

Personal de Defensa Civil de la zona se trasladó inmediatamente al lugar de los hechos para realizar el empadronamiento de las familias damnificadas. Este registro permitirá agilizar la entrega de asistencia humanitaria y coordinar con las autoridades locales el apoyo necesario para las viviendas afectadas.

Los vecinos indicaron que este tipo de ventarrones son usuales durante el mes de agosto en diversas partes de la región Apurímac. Sin embargo, la intensidad del ocurrido el lunes superó las expectativas, generando un impacto mayor en comparación con años anteriores.

Las autoridades recordaron a la población la importancia de estar prevenidos ante la presencia de fuertes vientos en esta temporada, asegurando techos, reforzando estructuras y manteniendo a buen resguardo objetos sueltos que puedan convertirse en proyectiles peligrosos. También recomendaron reportar de inmediato cualquier daño para recibir atención oportuna.