A su retorno, la sagrada imagen fue instalada en el interior de la capilla, donde los católicos hicieron largas colas para orar y recibir la bendición del párroco. Otros, voluntariamente, solicitaban al reverendo padre, para que pueda azotarlos con un látigo como símbolo por las que pasó Jesús, antes de ser crucificado.
Muchas personas portaban flores, velas, medallas, estampitas y espinas para hacerlas bendecir y retornarlos a casa en el día de reflexión. Los visitantes pudieron notar la falta de un velatorio, pues la que existía, pasó por un siniestro (incendio) y se viene realizando colectas para que poco a poco se pueda restaurar este espacio.
La Semana Santa, fechas de fe y reflexión se vivieron con mucho fervor en Abancay, tal es el caso de la presencia masiva en las procesiones del Sr. De Lunes Santo, el encuentro del Sr. de la Caída y la Virgen Dolorosa, y del Santo Sepulcro. Mientras otros optaron por pasar este fin de semana largo en recogimiento, otros prefirieron pasar viajando.