Aunque el incendio fue controlado, quedaron focos de calor activos que representaban un riesgo de reavivamiento. Por esta razón, el personal de Defensa Civil y los pobladores permanecieron en constante vigilancia durante toda la noche, monitoreando el área afectada para evitar una nueva emergencia.
Finalmente, durante la madrugada del miércoles 9 de octubre, una lluvia moderada logró apagar por completo los últimos focos de fuego, permitiendo declarar la zona fuera de peligro. Sin embargo, las pérdidas materiales fueron significativas, especialmente para una familia cuya vivienda quedó totalmente inhabitable.
Las autoridades locales vienen coordinando acciones de apoyo para las cinco personas damnificadas, brindándoles asistencia humanitaria inmediata. Asimismo, se evalúan los daños ambientales ocasionados por el incendio con el fin de implementar medidas de recuperación de las áreas naturales afectadas.