Tras la captura, los detenidos fueron conducidos por las principales calles de Uripa, obligados a cargar sobre sus hombros los balones de gas sustraídos, como una forma de escarmiento público. Decenas de pobladores siguieron el recorrido, expresando su rechazo a los constantes robos que se vienen registrando en la zona.
En un momento, la tensión se elevó y los presuntos ladrones estuvieron a punto de ser agredidos por la turba, sin embargo, la intervención de las rondas permitió calmar los ánimos. Los dirigentes exhortaron a la población a mantener la calma y a dejar que las autoridades competentes se encarguen del caso.
Finalmente, los jóvenes fueron entregados a la Policía Nacional del Perú para continuar con las investigaciones de ley. Las rondas campesinas reiteraron su compromiso de velar por la seguridad comunal y pidieron mayor presencia policial en la provincia de Chincheros para prevenir futuros delitos.