Las primeras investigaciones apuntan a que el siniestro habría sido provocado intencionalmente por manos humanas. Este hecho viene siendo investigado por las autoridades competentes, ya que representa un grave atentado contra el medio ambiente y la seguridad de la población.
A pesar de las constantes campañas de concientización impulsadas por el Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) Apurímac, los incendios forestales continúan reportándose en distintas zonas rurales de la región. Esto refleja la urgencia de fortalecer las acciones preventivas y educativas entre los pobladores y los municipios.
Finalmente, se hace un llamado a los gobiernos locales para que repliquen estas campañas y orienten a la población sobre los riesgos de la quema de rastrojos y pastizales. Estas prácticas no solo pueden provocar pérdidas humanas y materiales, sino que también conllevan a sanciones legales, incluyendo penas de cárcel para los responsables.